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El equilibrio entre la vida personal y profesional

Uno de los principales problemas para muchos empleados de hoy en día es la sensación de estar siempre trabajando.

Los avances tecnológicos, aunque hayan agilizado el trabajo y potenciado la eficiencia, también han traído la sensación de insatisfacción en muchos empleados.

Además de las horas entre las cuatro paredes de la oficina, tienen que estar atentos al móvil o dedicar tiempo a cuestiones como el traslado a la oficina. Tener que responder emails fuera de la jornada laboral o realizar planificaciones para el día siguiente antes de ir a dormir.

Existen numerosas investigaciones que evidencian este problema:

  • El 90% de los empleados aseguran querer pasar más tiempo con su familia. No todo el mundo es capaz de compatibilizar la dedicación y responsabilidad laboral con satisfacer las necesidades personales.
  • De hecho, el 45% de los empleados tiene la impresión de no contar con el suficiente tiempo para ocuparse de sus actividades personales.
  • Paradójicamente, el 67% de los profesionales de recursos humanos piensa que sus empleados sí gozan de un buen equilibrio entre vida profesional y vida personal.

Las consecuencias del desequilibrio

Además, las exigencias de mantener dos vidas, una laboral y otra personal y, alternar entre una y otra puede producir altos niveles de presión en el trabajador. Es aquí donde el factor emocional y el psicológico desempeñan un papel clave, ya que a largo plazo pueden generar diversas enfermedades o dolencias en los empleados:

Estrés. Una presencia excesiva de estrés deriva en problemas de salud para el empleado, pero también tiene consecuencias negativas para la empresa: el estrés es la causa del 30% de las bajas laborales.

Síndrome del desgaste. Los trabajadores que lo padecen, ya sea realizando largos trayectos diarios o asumiendo a diversas responsabilidades, son los más vulnerables, reflejando fatiga crónica y la ineficacia disminuyendo su productividad.

Depresión. Aunque no siempre esté ligada a una mala conciliación, sí que puede verse potenciada. Muchos de los problemas personales son producto de la incompatibilidad de horarios y la sobrecarga de trabajo, siendo otra baja laboral.

Otros fenómenos como la adicción al trabajo o el insomnio, aunque no sean enfermedades sí son factores que pueden perjudicar a la productividad en la empresa.

No poder alcanzar un equilibrio entre el trabajo y las necesidades personales, lejos de ser un hecho anecdótico, puede suponer un problema real tanto para el empleado como para la empresa.

Las empresas que velan por el equilibrio entre la vida personal y profesional de sus empleados se ven beneficiadas en tres niveles:

  1. Mejora la calidad en la gestión de RRHH. Está claro que toda medida conciliadora repercutirá en una mejor imagen de la empresa y en una mayor satisfacción del personal. Pero es conveniente aclarar que estas medidas están pensadas principalmente para ayudar al empleado a gestionar y a planificar mejor su propio tiempo, hecho que también contribuye a reducir su nivel de estrés.
  2. Aumento de la productividad. Para muchos, las políticas conciliadoras no significan más que complicaciones y gastos para la empresa. Sin embargo, estos esfuerzos tienen, en realidad, un impacto directo en la motivación del trabajador, lo que afecta positivamente a su rendimiento. Por eso, sabemos que el 95 % de las organizaciones que ofrecen servicios destinados a mejorar la conciliación ven un aumento en su productividad.
  3. Ahorro en gasto del personal. Con acciones conciliadoras la empresa tiene mayor capacidad de retener el talento sin necesidad de aumentar los salarios. Además, la motivación que generan estas medidas ejerce un fuerte impacto en el compromiso del empleado con la empresa y esto queda patente en la estabilidad de la plantilla y en la reducción del absentismo laboral.

La primera tarea conciliadora tiene que ver con la organización del equipo y del tiempo de trabajo. Para ello:

  1. Organiza la jornada o semana laboral con antelación, fijando objetivos a corto plazo.
  2. Aprovecha los picos de productividad: En toda empresa hay momentos en los que la plantilla trabaja mejor. Observa como trabaja todo el equipo y concentra las tareas más exigentes en función de los momentos de alto rendimiento.
  3. Agrupa las tareas menos exigentes para que los empleados puedan llevarlas a cabo como multitarea
    Aparte de buscar una mejor organización de trabajo, cada empresa puede realizar tantas acciones conciliadoras como desee. El límite está en la creatividad de cada uno, como por ejemplo:
    • Flexibilizar horarios. Damos libertad al trabajador para que pueda cumplir con sus obligaciones personales y para que pueda trabajar en el momento en que se encuentre más productivo.
    • Implantar el teletrabajo. Trabajar desde casa, además de potenciar el rendimiento del empleado, es una iniciativa valorada hoy en día, ya que reduce el estrés laboral en el 82 % de los casos.
    • Compra de vacaciones. Aunque parezca un término extravagante, es similar a los permisos no retribuidos. Es decir, la compañía sigue asumiendo las cotizaciones de los trabajadores durante los días de ausencia y, además, esos días computan en la vida laboral del empleado.

Se trata de nuevas formas de trabajar que no solo abarcan la flexibilidad horaria y la jornada intensiva, sino que proponen también la creación de nuevos espacios físicos y digitales de colaboración y cooperación.

El smart working: una nueva forma de trabajar

Es una nueva tendencia que parte del teletrabajo y que le da una vuelta más al concepto añadiendo responsabilidad al empleado y usando las nuevas tecnologías.

De esta manera, el smart working es un nuevo modelo que empodera al empleado, delegando más tareas en él, pero también más voz. Para ello, se basa en el acuerdo entre plantilla y dirección, donde no hay limitación de tiempo o lugar de trabajo.

Así, el trabajador tendrá más autonomía en cuanto a decidir dónde y cuándo trabajar con el fin de cumplir los objetivos fijados por la empresa. En esta era digital, métodos modernos como el smart working hacen que el concepto de oficina ya no sea imprescindible.

Sus beneficios son:

  1.  Mejora el equilibrio. entre la vida profesional y laboral en un 77,8% de los casos, debido a que los trabajadores hacen un uso óptimo de su tiempo sin renunciar a las obligaciones personales.
  2. Los trabajadores se sienten más motivados y valorados, ya que reciben más libertades y responsabilidades.
  3. Se pueden eliminar los costes relacionados con el alquiler de la oficina, gracias a que, en el smart working, el empleado puede trabajar desde donde desee.

Conclusiones

En resumen, las empresas que velan por la conciliación de sus empleados se preocupan tanto por su salud y bienestar como por el rendimiento y la productividad de la empresa.

Sin ir más lejos, el 89 % de los directores de pymes y micropymes que implementaron soluciones para lograr una mejor gestión de la vida personal ha constatado un alza en la productividad y eficacia de los trabajadores y el 74% de ellos también ha constatado un aumento en su volumen de negocio.

Por último, apostar por acciones destinadas a la conciliación puede ser un factor diferenciador, ya que los beneficios de estas políticas son un activo intangible para la empresa, que la hará atractiva para que destaque entre la competencia sin tener que aumentar la masa salarial de los empleados.

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